El frío y la nieve caída en las últimas horas en la provincia de Ávila no impidió que cientos de personas y otro tanto de caballos participasen la noche del lunes en las tradicionales de San Bartolomé de Pinares (Ávila), como preludio a la festividad de San Antón.
En esta ocasión, a los jinetes y sus monturas se les unió el viento y el frío en la celebración de un ritual que consistía en ahuyentar a los malos espíritus causantes de la epidemias que mataban a los animales de la zona. Con el fin de luchar contra esas epidemias, se utilizaba el humo purificador procedente de las grandes hogueras que, distribuidas por todo el pueblo, eran traspasadas, como hoy sucede en las celebraciones actuales, por burros, caballos y yeguas, montados por su propietarios.
Así volvió a producirse el lunes por la noche, a partir de las 21.00 horas, cuando el centenar de jinetes y caballos participantes se reunieron ante la puerta del Ayuntamiento.
Al tiempo que los animales eran bendecidos, las hogueras comenzaron a tomar forma, antes de que los mayordomos empezasen a recorrerlas con todo el séquito, a modo de procesión, de jinetes para purificar a los animales.
El humo espeso procedente de las hogueras es visible a kilómetros de distancia. El público, bastante menos numeroso que otros años, rodeaba a los caballos durante el trayecto.
No obstante, el trabajo previo a esta tradición ha comenzado hace días, ya que los vecinos de San Bartolomé se han acercado a los pinares más cercanos para recoger las escobas y piornos que han ardido en la veintena de hogueras instaladas en las calles adoquinadas y en cuesta de este pueblo.
En la primera gran tradición popular del año en la provincia de Ávila y pese al tiempo desapacible, cientos de personas no han querido perderse esta fiesta en la que buena parte de los jinetes han tapado sus rostro con pañuelos, al igual que el público.
Origen de las 'Luminarias' de San Bartolomé de Pinares
Fuente: abc.es/EFE
Imagen: ICAL/leonoticias.com