Un año más, Marcilla se convirtió pasado viernes en el centro neurálgico navarro en cuanto al mundo ecuestre se refiere. A la Feria del Caballo de la localidad acudieron alrededor de 9.000 personas, unas tres mil menos que el año pasado, descenso posiblemente explicado debido a la coincidencia de la Feria con el puente del Pilar.
Entre las actividades programadas para la festividad, los aficionados pudieron disfrutar de la entrada de bueyes, potros y caballos desde las calles que llevan hasta el foso del castillo. 80 de los caballos participantes procedían desde La Rioja, Aragón y otros puntos de la propia Navarra.
La jornada incluyó actividades que reunieron a diferentes razas de caballos, paseos en calesa y un espectáculo que se convirtió en el acto más concurrido de la Feria.
Sin embargo, el protagonista de la jornada fue sin duda alguna, Benito Aguerri, quien a sus casi 80 años no tienen problema alguno a la hora de montarse en su caballo. Aguerri, junto a su hijo Domingo, revitalizaron esta Feria hace ya 20 años y según afirma el orgulloso protagonista: "la feria tiene cuerda para rato". Su hijo, por otra parte, restó importancia a la escasa participación en la compra-venta de caballos, una actividad que se logró recuperar simbólicamente el año pasado tras cinco años de parón y de continuas reivindicaciones por parte tanto de los vecinos de la localidad como del Ayuntamiento. "Es muy difícil que funcione, y más con la crisis, pero mantener la compraventa de caballos es una manera de diferenciar la feria de Marcilla del resto. Es una tradición que a Marcilla le da un punto extra y es una pena que desaparezca", concluyó.
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La Feria de Compra-Venta de Caballos de Marcilla
Fuente e imagen: noticiasdenavarra.com / Ainara Izko